5/3/06

Deliciosas acelgas


Suelo sentirme un bicho raro cuando digo públicamente que me encantan las acelgas. Generalmente, esta pobre verdurita no tiene mucha aceptación, para que nos vamos a engañar. Supongo que en mi caso, sin embargo, estaba escrito que se iban a convertir en una de mis comidas preferidas. La receta llegó a nuestra familia en el paritorio del hospital en el que nací, entre contracción y contracción. Mi madre compartía habitación con una navarrica un tanto peculiar. Tenía ya cinco hijos y se negaba a tener el sexto. Cuando digo que se negaba, no es metafórico, se negó hasta tal punto a co-operar que tuvieron que hacerle una cesárea. Al ambiente ya de por sí tenso, no ayudaba en absoluto la dieta hospitalaria, que aquel día incluyó unas tristes acelgas cocidas con aceite crudo bastante poco apetitosas. Por motivos totalmente opuestos, tanto ella como mi madre intentaban pasar el rato para intentar olvidar las contracciones, y fue entonces cuando aquella extraña señora le dió a mi madre esta receta que, desde mi más tierna infancia, siempre ha hecho que me chupe los dedos. Mi madre dice que si los niños toman esta comida un par de veces por semana, les cambia de color la carita, como si hubiesen tomado el sol. Supongo que será la zanahoria, pero doy fe que no sólo les ocurre a los niños. La receta no tiene nombre, ni falta que le hace.

INGREDIENTES:
Hojas verdes de acelga
1 cebolla
4 zanahorias
4 patatas medianas
Sal
Aceite de oliva virgen extra

ELABORACIÓN:
En una cazuela o sartén antiadherente, se pican las zanahorias, la cebolla y las patatas. Con un chorretón generoso de aceite, se ponen a pochar a fuego lento, dándoles vuelta de vez en cuando, hasta que todos los ingredientes estén bien blanditos.

Mientras tanto, en otra cazuela se cuecen en agua con sal las hojas verdes de las acelgas (quitar la penca).

Una vez cocidas las acelgas, se escurren y se añaden a la sartén con los demás ingredientes. Se mezcla todo, dándole unas vueltas a fuego medio.

TRUCOS:
Que no se os olvide retirar las pencas (lo blanco) de las acelgas. La textura final sería totalmente diferente.
Al final, mientras mezcláis todos los ingredientes a fuego medio, escachadlos un poco con un tenedor, sin terminar de hacerlos puré, pero de forma que estén bien mezcladitos y blanditos.



3 comentarios:

Javier dijo...

Desde que mi padre se dedica a la horticultura, mi madre se mata la cabeza para gastar tanta acelga. Las pencas son fáciles, pero el resto... suele acabar oculto tras una deliciosa besamel o formando parte de algún potaje similar al que comentas. Le voy a pasar esta receta para que la añada al repertorio. Sin sal, claro :-)

Anónimo dijo...

Mira Lorena, al parecer en la familia hay otra extraña que gusta de las acelgas pero acá sólo las he hecho en ensalada, crema de acelga y ya!!!!!!!!! Suena excelente esta receta de la tía y la voy a probar. Ya te contaré el resultado. Claudia

Anónimo dijo...

Primilla!!! crema de acelgas???? suena muy bien... a ver, cuenta, cuenta...

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